Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Perlas

Hace algunos días, poco antes de Navidad, mi sobrino recién independizado me invitó a comer para que viera su piso. Charlando, charlando me contó que una amiga suya que había vuelto de Nueva York le trajo de regalo una baraja de cartas gitana, al parecer muy difícil de encontrar.
La baraja venía acompañada de un libro de interpretación, así que no le quedó mas remedio que tirarme las cartas después de comer.
Las cartas dijeron muchas cosas, una de las cuales no se ha cumplido, por lo que sus dotes de pitoniso no son muy fiables.
Otra de las profecías de mi sobrino fue que algo material que yo había perdido no volvería a encontrarlo por lo que debía dejar de buscarlo y ahí si acertó.
Suelo llevar pendientes de perlas y no hace mucho fui a ponérmelos y me faltaba uno. No fui consciente en ningún momento de haberlo perdido.
Removí Roma con Santiago en casa y no aparecía, solo me quedaba ya vaciar la bolsa de la aspiradora pero no salió, así que lo di por perdido definitivamente.
Esta mañana me levanté muy temprano porque tenía clase a las 9 y antes quería pasar por Correos a hacer unas gestiones, pero hoy no es mi día de suerte y es que eso de que "a quien madruga Dios le ayuda" es una auténtica patraña.
En Correos aún no tenían las tarifas para el 2010 y me pidieron un papel que tampoco llevaba por lo que no resolví nada. Con el tiempo muy justo caminé a paso veloz por Vía Laietana porque no llegaba a tiempo a clase, total fue en vano porque al llegar me encontré con que la clase estaba anulada por un error en el calendario.
Me enfadé bastante aunque no protesté no dije ni pío y decidí tomar por el lado positivo el madrugón infructuoso, así que me fui a tomar un café para hacer tiempo hasta la hora en que abren los comercios en el barrio Gótico.
Paseando paseando di con una tienda de bisutería y vi unos pendientes de perlas con un corazoncillo de cristales y como echaba mucho en falta mis pendientes me los compré.
Cuando llegué a casa no resistí la tentación y volví a rebuscar el antiguo pendiente extraviado en un cajón que tengo lleno de abalorios y es que soy persona de muchas esperanzas.
Me quedé absorta contemplando la cantidad de pendientes desemparejados que tengo y que no entiendo porqué guardo, supongo que fui coleccionándolos con la esperanza de que en algún momento aparecerían sus pares. Todos ellos estaban ligados a épocas, representantes de momentos de mi vida.
La cantidad de cosas que se guardan en espera de que aparezca lo que falta, pero mucho se pierde en el camino y no regresa jamás, no digamos ya de las personas que pasan por nuestro camino y un buen día desaparecen para no volver.
Y así me encontré sentada ante el tocador meditando sobre el paso del tiempo, de su rápidez y de todo lo que nos perdemos intentando retener lo que ya dejó de pertenecernos.
El tiempo pasó sobre mi y hoy que empecé el día con mala suerte fue una clara muestra de ello.
Cuando era una joven estudiante si me decían que se había suspendido una clase seguramente me hubiera alegrado, pero hoy no fue así. Mis prioridades cambiaron y el tiempo en mi haber también y es que la edad acusa mucho la responsabilidad, el aprovechamiento del tiempo cada día un bien mas escaso.
Me acudieron al pensamiento situaciones en las que no reparaba hacía mucho.
Extrañé la sensación que se siente cuando se lleva en brazos un bebe. Sentía a mis bebes como pegados a mi, recordando el calor que emanan cuando están dormiditos, su olor a colonia, la paz que transmiten que te hace caer una lágrima de felicidad y de amor. Cuando una madre contempla a su bebe se para el mundo, es como si solo existieran los dos y cesa la prisa, se saborea el abrazo hasta el punto que al paso de décadas puedes sentir esa sensación y añorarla como hoy me pasa a mi.
Algo de culpa tiene el que haya estado mirando álbumes de fotos antiguas que siempre crean un estado mental especial.
Hace demasiados años que en mi familia no hay bebés, el más joven tiene dieciocho años.
Creo que es la Navidad que me afecta como todos los años y me hace sentir que el año que pasó también me arañó la piel. Ha sido un año de muchos altibajos, muchas emociones, alegrías, ilusiones cumplidas y otras frustradas y pérdidas personales irreversibles.
Hoy me levanté con mal pie, decididamente madrugar no es lo mío, soy un ave nocturna. Esta mañana me invadió la melancolía y hablar de estas cosas poco importantes como lo que puede desencadenar un pendiente, con las prisas que llevamos todos en la vida real, es tarea casi imposible.
Lo siento. Os ha tocado.

10 comentarios:

  1. Tu lo sentirás, pero la perdida de ese pendiente, hizo que transmitieras esta belleza que tomo como regalo.
    Precioso
    Besos y amor
    je

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  2. Sedemiuqse gracias por volver. Un beso muy grande.

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  3. OOOOhhhh!!! Me encanta, tu texto, por varias razones, primera tengo varios pendientes sin pareja y creo que simbólicamente no debe ser muy positivo, así que creo que voy a tirarlos. Con lo cual abriré una ventanita nueva ala nueva energia...
    Esa sensación de volver a tener bebés en brazos es como custodiar angelitos...ahora no hay esa posibilidad en mi vida, pero en mi trabajo no lo descarto...
    Soy nocturna...la noche me inspira, aunque me haré la promesa de acostarme un poco más temprano para aprobechar las mañanas,cuando los turnos me lo permitan.
    Me dirás el nombre de esa baraja...me gusta...yo tengo unas que se llaman " La rueda medicinal" de -Jamie Sams y David Carson-


    Osane un placer compartir todos estos asuntos tan interesantes.

    Que la prosperidad, el amor, la salud y la paz te habiten siempre.

    Un abrazo grande

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  4. Querida tía,
    Yo fui un día bebé que arropaste en tus brazos (supongo...) y debe ser una sensación increíblemente vital la de sentirse protegida por el amor más sincero, el de una madre (o en tu caso, el de mi madrina, siendo yo la primera niña de la familia seguro que fui muy querida y me aproveché de muchos brazos amorosos...)
    Pero hoy, como tú, también la melancolía me ha invadido para recordarme que esta tarde, soy mayor y no tengo el tamaño para que nadie me tome en sus brazos, aunque frecuentemente lo necesite mucho más que cuando era bebé...
    Gracias por tus reflexiones, gracias por compartir recuerdos y todo ese cariño que emana de tus bellas palabras... Vale la pensa visitar a diario tu blog...
    Un beso lleno de amor de alguien que un día, antes de que tus dos pequeños nacieran, también disfrutó de tus brazos y fue tu bebé.

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  5. Muy bonito tu relato.

    Felicidad para ti y para tu familia. Que se cumplan todos tus deseos.

    Abrazos infinitos

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  6. Merce creo que yo también voy a hacer limpieza de todas esas cosas que solo sirven para entristecerme.
    La baraja es gitana, ya le preguntaré a mi sobrino si tiene algún nombre específico. Es muy bonita, no tiene nada que ver con las habituales. Las cartas son cuadradas y están partidas en 4 y en cada fracción un dibujo y según se tiran se van juntando los dibujos que coinciden. Ya investigaré su nombre, pero creo que es muy dificil de encontrar.
    El tema de niños yo ya lo dejé muy atrás, en tiempos fui muy chiquillera, ahora contemplo los bebés de los demás y me dan ganas locas de achucharlos, pero en mi familia no tenemos bebes, habrá que esperar.
    Gracias por tus buenos deseos, yo también te deseo mucha felicidad y gracias por venir.
    Un beso.

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  7. Elenita como bien dices tu fuiste el primer bebé en la familia, y yo tuve la suerte de verte la primera, también de ser tu madrina con 14 años. Fuiste y eres muy importante en la vida de todos nosotros. La llegada de un bebé siempre es algo maravilloso, imagina cuando llegaste tu, todos locos contigo, la primera.
    A medida que crecemos vamos perdiendo la costumbre de expresar nuestros sentimientos efusivamente con abrazos y achuchones como lo hacen los niños, nos convertimos en adultos formales pero nunca dudes de que un montón de brazos te están arropando constantemente y están siempre preparados para apachucharte cuando tu quieras y lo necesites. Tenemos una gran familia, no perfecta, pero si somos una piña para lo bueno y lo malo.
    Estos días con todo lo que nos ha pasado están siendo mas complicados que otras Navidades y aunque lo queramos obviar lo estamos acusando. Ya queda poco, llega un nuevo año que seguro será mucho mejor para las dos. Un beso Ele.

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  8. Nocheinfinita celebro que te haya gustado y volver a leerte. Muchas gracias por venir
    Mucha felicidad y paz.

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  9. Que hayas reaccionado tu así ya es un gran que...hehehe

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  10. Hímero si tuviera iconos aquí sería uno de ojos grandes y abiertos jaja hehehe

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