Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

lunes, 14 de diciembre de 2009

Ni hambre, ni frío, ni miedo ni sueño



Cuando despierto, a veces tardo en situarme dentro del decorado. Es lo que ocurre cuando se vive a caballo entre dos lugares lejanos entre sí.
Entreabro los ojos, veo un techo de madera y me pregunto: Osane ¿qué haces durmiendo en una sauna?.
No es una sauna, es que aquí los techos son de madera, las paredes y el suelo también, ubícate Osane.
Pienso: bienvenida al Polo Norte y no puedo reprimir una sonrisa y un biennn!!!
Oigo ruido de cacharros en la cocina, el olor del café, un canturreo leve y se que estoy en casa. Seguro que alguien anda preparando el desayuno.
Me levanto olvidando el cambio brusco de temperatura, descalza me asomo a la ventana y observo que la nieve sigue ahí. Sigue nevando y hay mas de un palmo de grosor ya ¡Mon Dieu!.
Dentro de casa no se nota el frío pero fuera mama míaaaaaa!
Me pongo la bata y con los pelos alborotados a modo niña del exorcista me dirijo al baño y el espejo sale corriendo, yo también huyo del susto y entonces me tropiezo contigo.
Milagrosamente no te mueres del shoc y tus buenos días se materializan en un abrazo. Como me gusta y cuanto te he echado de menos. Me miras y asoma esa sonrisa tuya que me parte en tres. Siento ganas de reír y de llorar al mismo tiempo y es que soy así de tonta, cuando soy feliz me caen lágrimas. Creo que voy a pegarme a ti hasta el día del juicio final mi amor.
Estamos aquí en casa y estamos juntos. Hay mucho tiempo que recuperar y la nieve es nuestra cómplice, se amontona incontrolada y no hay quien salga sin raquetas, total no tenemos donde ir. Afuera solo se encuentran los árboles y los riachuelos.
Solo se escucha el silencio salvo el ruidito de la ardilla que vive dentro de nuestro tejado y la leña que cruje en la chimenea. El verde de los árboles empieza a desaparecer casi por completo.
No ceses de echar leña al fuego, atiza bien que el calor no falte.
Dame tu mano, ven y abrázame bien fuerte. Déjame besar tus labios y después contémonos todas nuestras historias, esas que nos gusta recordar.
No hay como un edredón de plumas de ganso para volar sin alas en brazos del ser amado. Mientras las flores de la colcha nos cubren como si la primavera cabalgara sobre nosotros.
Aprieto fuerte los ojos reteniendo este momento para el largo álbum de mi memoria.
Creo que el café se habrá enfriado. No hemos desayunado pero da igual.

"Si me acompañas no tengo ni hambre, ni frío, ni miedo, ni sueño".


3 comentarios:

  1. Dios, qué bonito!. Yo quiero algo así (me refiero a la casa, la chimenea, la nieve... y no poder salir...)

    Qué suerte tienes, canalla, de querer y que te quieran así. De verdad, y lo sabes, que el amor es lo que mueve muchas cosas de dentro.

    Un abrazo enorme, y ojalá pronto puedas "odiar de nuevo la nieve".

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  2. El amor mueve montañas, columnas y todo lo que se pone por delante.
    Tengo mucha suerte, pero nada es gratis amiga. Es difícil juntar todo lo que se ama en un mismo lugar y la felicidad nunca es completa.
    Odio la nieve porque muchas veces nos deja incomunicados, sin forma de circular o de comunicarnos, no por otra cosa, aunque mentiría si dijera que en tema de clima no prefiero el de Barcelona, pero es lo que hay, hay que pagar un precio por todo, a veces muy alto.

    Un besito

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  3. Con el amor...poco más se necesita.

    Un beso.

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