Ha amanecido igual que ayer, sigue el mal tiempo, la lluvia, todo igual.
Sin embargo mi mirada es distinta.
Miré en el horizonte y el verde de los árboles no me pareció tan gris.
Salí fuera y decidí tomar contacto con el entorno tras dos meses de ostracismo.
Dejé que la fría lluvia me mojara y quizás vuelva a resfriarme, pero me da lo mismo.
Sentí mas allá con mi corazón y estaban mis hijos, mi familia y mis amigos, todos tan preocupados por mi en los últimos tiempos y me he considerado afortunada.
Después seguí andando y había vida, cosas que hacer, independencia y formas de desplazarse sin problemas.
En veinte días habrá terminado el invierno y se muy bien que todo lo bueno llega hasta mi en primavera.
Esta vez la primavera tendrá las puertas de mi casa abiertas de par en par, sin reservas y sin falsos proyectos que me hagan dudar y no me permitan avanzar.
Hoy solo yo llevo las riendas de mi destino.
Adiós febrero, gracias por irte. Hola marzo, sorpréndeme...
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"No es la altura, ni el peso, ni la belleza, ni un titulo o mucho dinero lo que convierte a una persona en grande... Es su honestidad, su decencia, su amabilidad y respeto por los sentimientos e intereses de los demás. Cuando habla de frente y vive de acuerdo a lo que habla, cuando trata con cariño y respeto, cuando mira a los ojos y sonríe...
Una persona es grande cuando comprende, cuando se coloca en el lugar del otro, cuándo obra no de acuerdo con lo que esperan de ella, sino de acuerdo con lo que espera de sí misma... Algunas personas tienen valor, otras tienen precio."
-Juan Luis D.-
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