El pequeño profesor

La rigidez en los omóplatos se hacía cada vez mas patente.  Eso de sentirse como un padre nutricio cada día le pesaba mas.
Llega un momento en el que lidiar con un niño pequeño profesor se hace demasiado cuesta arriba.
Un padre crítico provocó con sus tremendas exigencias que un niño brillante y espontáneo ,  se convirtiera en eso, en un pequeño profesor y sin duda todos esos condicionamientos le marcaron en su forma de interactuar con el resto de personas de su entorno. El pequeño profesor era un niño sin infancia.
El niño siempre intentaba salirse con la suya, al precio que fuera. Artista en las escaramuzas y los almíbares, mostraba su faz mas dulce,  sin ninguna responsabilidad sobre sus actos.
El padre nutricio le conocía muy bien, pero su parte protectora pesaba mas que su objetividad y siempre  encontraba excusas  con que disculparle y protegerle.
A pesar de todas las travesuras del niño y su falso  victimismo, el padre nutricio no  conservaba los pequeños cupones de resentimiento que el niño profesor le obsequiaba constantemente, nunca relleno su álbum de cromos R, por eso nunca hubo una ruptura total entre el padre y el niño, pero esta vez sería diferente.
Simplemente el papá notó que la indiferencia se adueñaba de sus afectos,  tras constatar lo que siempre supo y ya  nada podría volver a acercarlos. La tensión acumulada sobre sus hombros le había llevado al límite y no soportaba mas peso su mente y su corazón quedaron desconectados.
Así que,  asertivamente, el padre nutricio dejó sobre la mesa ese vaso medio lleno medio vació que le mantenía inmóvil y atrapado en un lugar y decidió soltar de su mano al niño profesor. Dejarle dar sus pasos en solitario y al mismo tiempo,  permitirse el poder avanzar él mismo,  caminarligero de equipaje y condicionamientos.
A partir de hoy, ambos, padre e hijo,  seguirían senderos diferentes por la vida.