Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

lunes, 28 de junio de 2010

El navegante (1a- parte)




A lo largo de nuestra vida, son distintos los sueños que pueblan nuestra mente y nuestro corazón.
Nuestras quimeras cambian, nuestras ilusiones, nuestros deseos..
Jamás pude imaginar que alguien tomara un avión desde Buenos Aires e irrumpiera en mi vida de la forma en que lo hizo.
Era viernes y empezaban mis vacaciones de verano que nunca hago en verano.
Desde mi escritorio contemplaba la avenida tan desprovista de tráfico como siempre, ya no quedaba ni una sola flor de jacaranda en las copas de los árboles.
Paró un lujoso coche, una limusina blanca delante de los pivotes de la entrada de la universidad, pero eso no es nada extraño en esa zona ni en mi trabajo.
Alguien provisto de un ramo de rosas se acercaba caminando entre las sombras del patio de entrada.
Yo seguía como siempre con la mirada perdida absorta en mis pensamientos.
Me quedé sin respiración, me levanté de mi silla pues no podía creer lo que estaba viendo, era él.
Precisé unos cuantos segundos para procesar mis emociones mientras no le quitaba ojo.
Era él, el navegante, mi navegante.
Me miraba desde el patio con esos grandes ojos negros, con esa amplia sonrisa que derrocha simpatía, con su camisa blanca y ese chaleco negro que siempre le dije que me gustaba. Mi amor platónico estaba frente a mi y yo casi ni podía respirar.
Di un salto de mi silla y salí corriendo a darle un abrazo.
No podía creerlo, había cumplido sus promesas, vino desde Buenos Aires hasta aquí tal y como siempre me había dicho que haría y que nunca tomé en cuenta por lo complicado y distante.
Me deslicé corriendo rápidamente por el hall sin olvidar quitarme los zapatos, eso era algo que siempre habíamos comentado, nuestro primer encuentro sería conmigo descalza, sin zapatos, uno en cada mano y el me bailaría sobre sus pies.
El ramo de rosas cayó estrepitosamente al suelo de sus manos y me alargo los brazos diciéndome ven y no pude por menos que abrazarle zapatos en mano mientras el nerviosismo y las risas afloraban entre pequeños besos y lágrimas. Nos abrazábamos sin poder a penas ni hablar.
Por fin escuché su magnífica voz en directo, en mi oído como siempre soñé, con la melodía mas dulce que nadie me cantó jamás.

"Bésame la boca con tu lágrima de risa, bésame la luna y tapa el sol con el pulgar..."

continuará....

10 comentarios:

  1. espero la continuidad....que lindo.!!
    Por considerarte mi amig tienes un regalo en mi blog....porque no es necesario que llegue el día de los amigos para acordarse de ellos..!!


    saludos.

    SERGIO

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  2. Gracias por todo Sergio.
    Lo acepto con alegría por venir de quien viene, sobretodo por quien me nombra su amiga, todo un privilegio.

    Un beso grande

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  3. WOW querida Titi!
    Esta historia promete... anda anímate y escribe, escribe, que andamos impacientes...
    Lo queremos todo, lo real, lo soñado, lo pensado... Esta historia será la de un gran amor? la de un gran sueño? la de una gran aventura? todo está por descubrir y me encanta estar aquí para disfrutarlo, para disfrutarte, para vivir el regalo de tus emociones vestidas de hermosas palabras

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  4. Siempre es bueno tener amigos, y los de verdad nunca se pierden. Una suerte la tuya. Muchos besos.

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  5. Elena continuará.
    Nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira.
    Un beso.

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  6. Sakk.

    Nunca se deben dejar amigos atrás ni consentir que nos separen de lo que queremos, nunca dejar que nadie nos arrebate nuestra esencia y nuestros recuerdos, ni que nos aislen de nuestro entorno habitual.

    Un besito amiga, disfruta.

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  7. Bien por ti Guapa !!!! Tienes ese carisma al hablar y al escribir que lo lleva a uno a soñar despierto ....
    bien dicho que nunca permitas que nada ni nadie te quite tu esencia y en especial te separe de lo que amaste... amas .. o amarás ....
    tu siempre amigo .... tu ya sabes ..... ♥

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  8. Un beso amigo anónimo y mucha felicidad para ti y los tuyos.

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