Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

miércoles, 23 de junio de 2010

Ana

Mañana es la verbena de San Jua
n, noche de brujas.
Son famosas las brujas gallegas o
meigas (no existen pero haberlas.. ailas) , y también se dice que en el Levante o en Vallgorgina se practica mucho la brujería. Mejor creerlo que ir a verlo.
Se dice que durante esa noche, al entrar el solsticio de verano las brujas bailan desnudas entorno a una hoguera despertando a todos los demonios del infierno y ocurren cosas extrañas, a veces tétricas, por eso es una noche en la que hay que ir con mucho cuidado.
Es una noche mágica, llena de leyendas y tradiciones.
En Barcelona se tiran petardos, se hacen hogueras en la playa y se quema ron. En algunos barrios montan bailes y se cantan
habaneras.
También es costumbre comer cocas de
llardons, o de crema y frutas escarchadas.
Es una noche de algarabía, donde el olor a pólvora y el alcohol son los protagonistas. Fiestas de fuego y truenos, típicas depaises mediterráneos.
Pero todo esto ya lo sabéis. Yo quería hoy contaros una historia que un día llegó a mis oídos en una noche de San Juan.

En tiempos de la posguerra, tiempos duros donde mucha gente lo pasó peor que durante la guerra, pues no había dinero ni alimentos había una pareja de novios enamorados.
El vivía con su padre, su madre y sus dos hermanos. Ella con dos hermanos mas pequeños pues sus padres habían muerto en un bombardeo.
La chica, Ana, tenía muchos problemas para subsistir y sacar adelante a sus hermanos y llegó un momento que enfermó y no le quedó otro remedio que irse a Madrid a casa de unos parientes que la cuidaran y se hicieran cargo de sus hermanos.
Los dos enamorados se despidieron en la estación entre sollozos con la promesa de que se verían lo mas pronto que las circunstancias se lo permitieran, y así se dijeron adiós.
Al tiempo llegó un telegrama donde se anunciaba el terrible desenlace, Ana había muerto de tuberculosis, pasto de la miseria de la época.
Antonio que así se llamaba el muchacho, tomo el primer tren que hubo hacia Madrid para poder acudir a su entierro.
En su casa sus padres apenados conversaban mientras cenaban y después la madre se acostó y el padre aficionado a la escritura se quedó un tiempo mas en el comedor escribiendo.
La noche estaba en silencio hasta que de pronto él escuchó una voz que le decía:

-Estoy muy feliz de que haya venido a despedirme Antonio.
Me ha traido el ramo mas hermoso de todo Madrid, lleno de rosas rojas y amarillas.
Pronto vendré a buscarle..

El padre de Antonio aterrado despertó a su esposa para contarle lo que había ocurrido, pero ella no le hizo mucho caso, pensó que se había quedado dormido y que lo había soñado.
Al cabo de dos días Antonio regresó destrozado a su casa y rápidamente en cuanto lo vio su padre corrió a preguntarle como eran las flores que había llevado a su difunta novia.
La respuesta era la esperada, rosas rojas y amarillas. El padre se sentó de repente y le relató lo que le había ocurrido . También le contó que Ana le había dicho que vendría a por él.
Pasó algún tiempo y llegó la verbena de San Juan. Antonio como cualquier joven, salió de verbena esa noche, pero cuando regresó enfermó gravemente. Deliraba y gritaba el nombre de Ana. Había contraído una pulmonía de la que no se repuso jamás.
Ana no quería llevarse al padre como el mismo pensó, se llevó tal como anunció al hijo.
El tema es que al tiempo se enteraron en el barrio, que esa misma noche, la noche en que murió Antonio, también murió un antiguo novio que había tenido Ana.
Ana se llevó al mas allá a sus dos amores.

Feliz verbena a todos!!! yyyyy cuidado con las meigas...



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