Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

domingo, 26 de febrero de 2012

OTRO IDIOMA de Lauri García Dueñas







Tomamos café en las librerías

comíamos en el lugar de las mariposas

hablábamos de nosotros con total prepotencia y desparpajo

entregándonos a nuestras particulares divagaciones metafísicas

nos interesa la posmodernidad ambulante

el centro histórico

decirnos amor en formas sucias e inquietantes

jugar a los niños con parques y comer dulces rellenos de cajeta

tanto y para mientras (dos de mis conjunciones favoritas)

estoy muy cerca del final de este viaje en que nos anudé más de tres veces en reflexiones proclives al llanto

intento hacer de mí una madeja de palabras inmortales

y en eso estoy debajo de un puente,

hay una paloma gris, asquerosa, que aparece recurrente como todas las de su raza,

hay gente que deja basura cerca de las lenguas del río

y recuerdo cómo hace once años hice lo mismo

cerca de un atónito ecologista de caminos

hay tantas cosas de mí que quiero decirt

epero no puedo

sí, estoy casi al final de este libro rojo, de la lluvia diletante y enferma,

del hastío por lo nuevo, del camino ése que no alcanzo a discernir

y de un tembloroso afán por usar la cariciaoscura de anhelos verbales

ávida por conceptualizar la muerte y la miseria

tan dentro de mí que soy gris y horrible como las palomas

tan traslúcida como toda nuestra raza de verbodiarreicos

cansada, cansada

de oírme hablar de vos para mis adentrosde

barajar posibilidades del encuentromientras se hace tarde

próxima, turgente

instalada en los códigos privados de ambos

cansada

por eso me detengo

voy a hablarte en otro idioma, amor,voy a decirte quédate,

llévame al mar, dame de beber una cerveza oscura en el bar de la esquina

voy a decirte, amor,arrójate al vértigo de tus ansiedades, de una vez y para siempre,

moríte,

de una vez

y cuando despertés, quiero:volver a esas formas privadas,

a nuestras películas surrealistas de primos sin sexo, a tu café, a la ducha en que no cabemos juntos, a tu cama –y a la mía-

y que todo el lenguaje del mundo desaparezca, en el fondo de los peces que otros fundaron

casi es el final de este libro rojo y de los garabatos (te aviso)

cógeme de los huesos, amor, hundí tus ojos de cíclope en mis caderas

háblame en otro idioma

volvé para que nos revolquemos en el pasto hasta matarnos como vacas,

hablemos de nosotros, por fin, que ya fueron muchos los barcos,

muchas las aves de paso, muchos libros de orillas con ríos, demasiadas las página

slas páginas insostenibles

las nubes vistas desde un “arriba” artificia

ltantas las canciones repetidas

el dolor de estómago de los poetas

¡Demasiados!

demasiadas las mandrágoras

los malvoneslos ananáslas escrófulas

los arcos perpiañoslas nervaduras y, sobre todo,los intercesores

confieso:es imposible mantener el ritmo de esta postal de calles antiguas,

demasiado soliloquio para ver un puente,

demasiada la intolerancia al verbo y a los monumentos,

ha llegado la hora de destruirlo todo, todo, todo el lenguaje del mundo

y decirnos al oído nuevas y sucias palabras de amor


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