Vacaciones...

Me gusta estar de vacaciones, como ahora, daría igual no ir de viaje a ningún lado. Abrir los ojos sin necesidad de despertador, por la luz que entra por la ventana , esos ruidos del bosque, de la ardilla que vive en el tejado y el crujir de las brasas que dejó la leña al arder durante la noche. Tomarme mi tiempo para todo. Para acostarme mas tarde si cabe, para holgazanear, despertar y recrearme mirándote dormido, con esa boca abierta y esos pelos de pájaro loco. Puedo acariciarte con la mirada, sin tocarte, durante horas. Siento en mi interior esa certeza de amarte tanto, tan fuerte, tan definitivamente. Se de mi incapacidad de poder mirar mas allá de donde estés tu. No hay prisa por levantarse además hace frío y no consigo aprender a encender el fuego de la chimenea. Por fin abres tus ojos verdes y en ellos me reflejo y me emociono cuando me sonríes al despertar. Como te quiero. No hay palabras, ni son precisas. Nuestras cabezas en la almohada, inmóviles, mi mano en tu cabello y la felicidad que nos invade sin prisas, de sabernos juntos. Estamos de vacaciones, no hay prisa para absolutamente nada.