Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

martes, 17 de agosto de 2010

El desconsuelo



En el parque de la Ciudadela de Barcelona, delante del Parlament hay un pequeño estanque oval.
El estanque acoge ranas, peces de colores, nenúfares y justo en el centro una estatua de mármol llamada "el desconsol", el desconsuelo en casetellano. El escultor que la hizo fue José Llimona.
La estatua representa una mujer llorando desconsoladamente sobre un bloque de mármol.
Esa escultura para mi siempre será algo especial, me trae recuerdos de mi abuela y por qué no, también de mi misma.
Quien no ha sufrido algún momento de pérdida y ha querido dormir y no volver a despertar.
Mi abuela y mi madre muchas tardes me llevaban a jugar al parque de la Ciudadela y en alguna ocasión a la plaza donde se encuentra esta estatua.
La estatua se encuentra rodeada por muros de setos dobles, de esos que te puedes esconder dentro, por lo que es un buen lugar para jugar al escondite.
Mi abuela que tenía una gran imaginación y era muy hábil contando historias, me contó una leyenda inventada sobre esta estatua que me llegó muy adentro a pesar de ser yo muy niña.
Cuenta la leyenda de que una chiquita joven de una familia acomodada de Barcelona, se enamoró de un soldado del destacamento del fortín de la Ciudadela.
El soldado la sedujo, la inundó de poesías, de promesas de felicidad en un futuro juntos y la pobre incauta enamorada cayó rendida en brazos del soldado entregándole el bien mas preciado de una mujer, su honra y su dignidad.
Cuando cayó en la cuenta de su embarazo corrió a contárselo al soldado envuelta en lágrimas y el soldado la tranquilizó prometiéndole que repararía y que se casaría con ella.
Pero todo era mentira, el soldado pidió un traslado a otra ciudad y con la llegada de las primeras nieves el soldado desapareció sin dejar rastro, ni siquiera un adiós.
La muchacha no sabía donde acudir, como encontrarlo y empezó a caer en la depresión, en una profunda tristeza que la mantenía en cama. No le contó a nadie lo que le ocurría y se pasaba los días durmiendo y llorando.
La poesía es bella, pero falsa e hipócrita muchas veces, siempre es mejor la rudeza de una prosa comprometida que relata los conceptos sin tapujos, metáforas ni florituras.
Y así presa de la poesía su vientre se iba engordando y llegó el momento en que no pudiendo disimular su estado se armó de valor para contárselo a su padre.
Su padre era un hombre de honor importante, de férreos principios y que con la muerte de su esposa hacía dos años se había convertido en un ser uraño y oscuro.
Cuando su hija le contó lo ocurrido se desesperó, la gritaba, lloraba a la vez y atacado por la furia la agarró de los pelos y la arrastró hasta el centro del jardín cubierto por la nieve.
La muchacha quedó tendida en el suelo apoyada sobre una roca, deshecha en lágrimas y deseando la muerte.
No lloraba tanto por haber producido la cólera de su padre, sino por que le habían arrebatado el corazón de un bocado para luego escupirlo.
Sus lágrimas formaron un gran charco a su alrededor y el manto de la noche salpicado por copos de nieve cayó sobre ella sin piedad.
A la mañana siguiente encontraron un bloque de hielo sobre ella, que fue imposible derretir ni trasladar.
El padre quería morirse, había destruido a su única descendencia y nada tenía ya remedio. Esa mala conciencia le acompañaría el resto de la vida.
Con los primeros rayos de la primavera el bloque de hielo se derritió pero debajo misteriosamente no se encontraba la mujer, en su lugar apareció esa estatua de mármol que ahora se puede contemplar en el parque.
Cuentan que las hadas se apiadaron de la pobrecilla y se la llevaron a ella y a su hijo. Ahora ella vela por las niñas indefensas de Barcelona, para que no caigan en las zarpas de ningún desalmado.
Su padre hizo construir alrededor de la estatua un estanque que ahora está lleno de nenúfares y animalillos alegres.
Sin duda este es uno de mis lugares favoritos de mi Barcelona. Me aviva los recuerdos y me invita a pensar en esa paz, mientras poquitos niños juegan escondiéndose entre los setos igual que yo lo hacía de pequeña.

12 comentarios:

  1. ¡Qué triste leyenda pero qué bonita! ¡Qué lindo que tengas un lugar donde puedas "esconderte" y traer a tu memoria recuerdos, tristes o no, para que, como la dama de la estatua, puedas llorar desconsolada rodeada de un bonito estanque lleno de nenúfares.
    Me ha gustado mucho que compartieras recuerdos en tu entrada.
    Gracias. Besotes.

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  2. Muy bonita historia, ¿que mas se podia esperar de un militar?

    un beso

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  3. Plagio total y descarado ,con una fuerte multa ,yo so el afectado ,lo dejo en manos de mis abogados

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  4. Yo también tengo un lugar favorito donde a pesar de que en él evoco recuerdos y eso me desconsuela, también me da paz y salgo como llena de energía...

    Un beso guapa (ahora sí que lo puedo decir, ya te he visto en la fotito, jejej)

    noche

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  5. Que linda y que triste leyenda...
    Me encantó leerte.

    Te dejo saludos,

    Sergio.

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  6. Pues se podría haber casado el muy pinche wey, pero tienes razón ¿que se puede esperar de alguien que se apunta a militar voluntariamente con todo lo que eso implica?
    Un beso Tauro

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  7. Susana...
    Lo cierto es que recuerdo la emoción de estar escondida entre esos setos.
    Me encanta ese lugar, la estatua es muy bonita y siempre recuerdo a mi abuela cuando estoy ahí.
    Besitos

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  8. Noche...
    Imagino que todos tenemos un lugar donde encontramos un poco de paz y equilibrio, si alguna vez vienes seguro que querrás visitarlo.
    Esa soy yo Noche. Un besito.

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  9. Soul no te enrolles que esto se lo inventó mi abuela envidioso jajaja.
    Un beso tontuelo.

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  10. Sergio gracias por tus palabras, a mi me alegra verte por esa tu casa. Un beso

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  11. Perdona pero esto traerá cola ,mis abogados ya han hablado contigo ,a si que ya sabes ,siquieres plagiar te vas a otro sitio ,pero a mi no ,que soy muy bueno y escribo muy bien ,ah y de tontin nada mejor listín...

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  12. a que te robo la rosa que te coloqué el otro día en el espacio jajaja

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