Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

miércoles, 25 de agosto de 2010

Corrientes de aire

Hay un refrán que a mi me gusta mucho y que dice que cuando se cierra una puerta Dios abre una ventana. Se por experiencia que sucede así y que a veces esa puerta se cierra para nuestro bien.
El problema viene cuando la puerta que se cerró encaja mal en el marco y no llega a cerrarse del todo, o mejor dicho hay agentes externos que no te permiten cerrarla definitivamente e insisten en venir a darte problemas de vez en cuando, no permitiendo que cierres del todo el tema.
Entre tanto, una nueva ventana se abre ante nuestros ojos y se desata una corriente de aire que hace abrir y cerrar esa puerta que permanecía cerrada hace mucho tiempo, mientras te preguntas a santo de que te vienen a abrir ahora esa puerta abandonada.
Te quedas ahí en mitad de las corrientes de aire de la puerta y la ventana, con cara de boba mientras te asalta una faringitis de campeonato en mitad de la ventolada que no consigues averiguar quien provocó, porque no hay forma de que responda quien se dedica a abrir la puerta de vez en cuando a hurtadillas, y es que donde no hay honor no hay valor.
No sabes aun muy bien si correr a cerrar la ventana, o apuntalar con una silla esa puerta que no quiere cerrarse, que rechina sorprendentemente de vez en cuando y la que no conseguiste reparar.
Todo se abre de par en par y te quedas paralizada esperando que decida el viento hacia que lado corres y cierras. Una vez todo bien cerrado, tras examinar la puerta minuciosamente y con ayuda de expertos te convences de que la madera de tu puerta se dilata o contrae a merced de la estación del año con una total falta de criterio y de que seguramente el agua de lluvia la pudrió y nunca mas recuperará su forma perfecta, esa que encajaba plenamente en el marco de tu vida. Las carcomas que la pueblan también hicieron un buen trabajo de desgaste y ya te asquea tanto bicho hambriento pululando por la puerta.
Pero le tienes cariño a tu puerta y te resistes a tirarla porque por ella pasaron momentos mágicos de tu vida y te da lástima ver como las carcomas la agujerean y lo permite. Le haces unos remiendos y confías en que el invierno vuelva a contraer su madera, se estabilice y vuelva a encajar en el marco, aunque sospechas certeramente que cuando de nuevo vuelva el verano se dilatará y de nuevo no cerrará. Tampoco hay modo ya de disimular todo ese polvillo que suelta por sus agujeros.
Miras el techo intentando descubrir la gotera que pudo haberla dañado pero no consigues verla y es que nunca hubo tal gotera, nunca cayó agua dentro de casa.
¿Y la ventana que se abre?
Uff!! la ventana que se abre tiene una gran cristalera y desde ella se ve todo demasiado alto y yo, yo tengo vértigo y mucha falta de confianza en esa luz que entra por el cristal intentando deslumbrarme y ni con gafas de sol consigo adaptarme desde las sombras de tantos años a la luz que penetra y me invita a broncearme.
He decidido que de momento me quedaré en un rincón de la casa a salvo del exceso de viento loco y del caluroso sol para el que no acabo de estar preparada.
Me he levantado con energía renovada porque anoche ya harta le di una patada a la puerta que la ha hecho encajar de un golpe, seguramente quede cerrada para siempre, ha saltado el picaporte y muchos clavitos han saltado de su tabla, igual que otros tantos corcones.
La puerta vista así, ya encajada sigue siendo una puerta vieja, trasnochada, escondida tras una capa de barniz que ya no consigue disimular sus imperfecciones. Es una puerta enferma y está tocada.
La puerta nunca fue una antigüedad de rancio abolengo, ni una madera noble como pretendía. Era solamente un simple conglomerado con una capa de pintura tan falsa como sus principios.
Nunca existió una gotera que la inflara, mi tejado siempre estuvo bien cubierto, simplemente elegí una puerta de mala calidad y tarde o temprano las cosas baratas salen caras.

Canción de despedida dedicada a mi carcomida puerta.....



8 comentarios:

  1. ¡Caramba Osane, que sutileza para despedir a tu puerta vieja! Me gusta mucho como describes la situación de puerta,ventana y tú. Y tengo que reconocer que a más de una puerta vieja le daríamos una patada para cerrarlas de una vez y zanjar la entrada.
    Me alegro de que la hayas cerrado. Besotes.

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  2. Ahí te has dado cuenta, yo he cerrado la puerta, el circulo o la etapa..o como desees llamarlo y espero que tu tengas el mismo valor para cerrarla. Hay cosas que por más que nos pese y nos neguemos a reconocer, solo dañan. Ánimo.
    Ya sabes, viajamos en el mismo pañuelo

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  3. Las corrientes de aire son muy malas Osane, hiciste bien en darle una patada a esa puerta y dejarla ya cerrada para siempre...

    Un fuerte abrazo

    noche

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  4. Susana.
    A veces nos empeñamos en no querer ver que hay puertas falsas. Lo vemos, pero no queremos asumirlo.
    Hay una cita que dice "No puedo arrancar una página al libro de mi vida, pero si puedo tirar el libro entero al fuego".
    Yo ayer declaré un incendio en toda regla.
    Un beso grande Susana.

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  5. Anónimo.
    Tu sabes que yo también te tomé cariño, es que me he leído en ti tantas veces...
    Pienso que yo cerré el círculo en el momento que supe que lo que me preocupaba no era cierto,ya sabes falsas dolencias, etc. Mi instinto maternal salió volando por la ventana, solo me quedaba la curiosidad y creo que la he satisfecho,por cierto me ayudó a resolver dudas alguien que vive en un portal en Navidad jaja. Un beso muy grande y si creo que ya soltamos el pañuelo las dos, somos mocos libresssssss!!!!

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  6. por favo espero que me publique el comentario, si la puerta esta estropeada se cambia y punto.... no veo mas

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  7. Mi querida Noche.
    Ni te imaginas el patadón que metí, aunque a mi me metieron una goleada digna de un Mundial.
    Vaya que me han cantado el waka waka.
    Un besazo.

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  8. Soul..
    Sin favo, publicado queda.
    Creo que tapiaré con ladrillos el hueco de la puerta jaja. Vaya! que me da miedo tener mas puertas en casa.
    Un beso estimado Soul.

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