Admitamos nuestros errores

Solo quien se equivoca está vivo de verdad. Solo quien reconoce un error abre la puerta al aprendizaje y a la mejora.
Los que nunca se equivocan, comenten la mayor de las equivocaciones porque no asumen riesgos: consciente o inconscientemente, se han rendido, han dicho me planto.
No hay avances sin exponerse y cuando uno se expone, se arriesga y   es mas sensible a tener baches en el camino.
Las dificultades son oportunidades que nos da la vida para fortalecernos. De esas batallas podemos salir reforzados y con una mayor autoestima.
Aprendamos a aceptarnos y a aceptar a los demás, seamos benevolentes con las debilidades y sobretodo mantener fresca nuestra asertividad.
Cualquier cambio que hacemos en nosotros, ya sea físico o mental tiene incidencia en todo nuestro entorno.
Solo cuando nosotros estamos bien, somos capaces de relacionarnos positivamente con todo nuestro entorno.