Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

martes, 29 de enero de 2013

Leyenda del puente del diablo





El Pont del Diable (Puente del diablo) en realidad no es un puente, si no un acueducto. Llevaba el agua hasta la capital de la Provincia la antigua Tarraco (actualmente Tarragona) Este acueducto originariamente recorría 25 kms, en la actualidad tiene 217 m. y 27 m. de altura.
Si hacemos caso a la Historia estaba ahí antes de que el diablo fuese bautizado con ese nombre.
Pero si hacemos caso a la leyenda…
Hace mucho tiempo vivía una pareja de ancianos en el bosque. Tenían que cruzar un río para ir de su casa al pueblo. Cada día pasaban por el puente sobre el río con su borrico cargado de las cosas que vendían después en el pueblo y volvían trajinando otras. Era un puente de madera viejo, pero cada vez que lo atravesaban, los viejos se decían el uno al otro que tenían suerte de contar con aquel paso, pues la corriente del río era muy fuerte y el camino para bordear el río era muy largo para hacerlo en un solo día.
Un otoño lluvioso llegó una riada y se llevó el puente. Los ancianos se encontraron con que no podían pasar.
-Que tremendo desatino- dijo el viejo- hoy no podremos pasar y yo soy viejo para construir un puente con mis manos.
-Que contrariedad- dijo la vieja- pasarán días antes de que se den cuenta de que no vamos al pueblo, y más días aún tardarán en reconstruir el puente-
Se lamentaban los ancianos de su mala suerte cuando apareció un hombre extraño en su lado del río.
-Saludos venerable pareja, os veo muy turbados- Dijo el hombre; el anciano inmediatamente explicó el problema que tenían por la desaparición del puente- Yo me comprometo a construir un puente en una noche, además no será de madera como el anterior, será de piedra, para que ninguna riada se lo lleve-
Enseguida desconfiaron los ancianos.
-¿Qué hacemos?- le preguntó el a ella por lo bajo.
-Está claro que no es posible hacer un puente en una noche, si no es con trucos o con mágica. Pregúntale cual es el pago que pide, cuales las condiciones.
Eso hizo el anciano, a lo que el misterioso hombre contestó que la única condición, el único pago que exigía, era que le fuese concedida el alma del primer ser vivo que atravesase el puente. Quedaba claro que era el mismísimo diablo el que ante ellos estaba.
La vieja meditó un poco y luego aceptó.
Al día siguiente cuando los viejos llegaron al río el puente estaba construido. Era de piedra, con doble arcada sobre el río. El diablo había cumplido, construyéndolo en una sola noche, y esperaba al otro lado para recibir su pago.
-Mujer!, ¿qué vamos a hacer ahora?- Preguntó el marido.
Entonces la mujer cogió la vara y arreó al burro, que pasó delante de ella, el primero por el puente.
El diablo, engañado, tuvo que conformarse con llevarse el alma del des
dichado animal como pago por su trabajo.

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