Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

sábado, 23 de junio de 2012

Nadie escarmienta en cabeza ajena



Nadie escarmienta en cabeza ajena.  
En ocasiones pretendemos avisar, proteger a los demás sobre un peligro, sobre malas mañas de personasde las que sabemos como actúan, de situaciones que se repiten cíclicamente, siempre guiados por nuestras experiencias en la vida.  Los jóvenes nos escuchan, pero  a  veces no nos entienden, incluso llegan a malinterpretarnos.
Cuando encima hay una distancia por medio es todavía mas complicado expresarse y que nuestro mensaje llegue bien definido.
No poder hablar mirando a los ojos a las personas para mi  es una complicación añadida para hacerme entender.
La juventud ve todo de colores, todavía no se han llevado los palos que los que ya tenemos una edad madura hemos sufrido y somos capaces de ver venir los misiles al toque de ya!
Y es así como dan a nuestras advertencias la categoría de  exageraciones y por mas que nos empeñemos en protegerles acaban haciendo su santa voluntad, exactamente igual que nosotros la hicimos en su día. Y no hay mucho mas que hacer.
Advertir, dejar a cada uno que siga su camino, que quizás se estrelle. Solamente resta estar disponible para recoger los pedacitos de la porcelana rota y mucho autocontrol para no decir "ya te lo advertí".
Aquí no hacen verbenas. Y es que el Mediterráneo queda algo lejos, de todos modos nunca me gustó salir en esta noche en la que las brujas se reúnen y los petardos vuelan amenazantes.  Todo eso también quedó muy atrás.Que paz... 


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