Entre ángeles y caracolas de mar

De entre los dedos de mis pies salta la arena que me dañaba, casi sin darme cuenta.

Mis heridas curan y me haces el amor entre conchas y caracolas de mar.

Sobre mi avanzan una y otra vez las olas de tu respiración cálida.

Los ángeles, arriba sobre los estantes, se tapan los ojos con sus manitas regordetas.

Nuestro amor es un escándalo, pero decidieron velarnos y miran hacia otro lado mientras nos acariciamos.

Las puertas quedan abiertas sujetas por pequeños saquitos de arena, que adornados de alegres telas, se posan sobre el suelo apartando todas las barreras, evitando que ninguna corriente de aire vuelva a cerrar las puertas.

Los candados saltan y la circulación del oxígeno en mis venas se activa con cada latido de tu corazón.

Conoces todos mis caminos que son tuyos y te amo tanto que me duele.

Porque te siento latir dentro de mi pecho.

Porque amarte es algo natural que no controlo.

Porque mis manos hallaron de nuevo sus huellas en tu piel y me veo linda en tu mirada verde de bosque.

Porque estás aquí, siempre cerca, a mi lado, como estuviste siempre.

Porque las distancias no existen ya, solo dos vasos de agua separados tan solo por la distancia que ocupa nuestro lecho entre las mesillas.

Porque vemos la vida desde la altura de un rascacielos en nuestro mundo sin frío y sin tristezas.

Porque el tiempo se acorta tanto que ya no existe y el camino se presenta claro y hermoso.

Le dijo un día aquel jardinero anciano, que las promesas que no se cumplen regresan en otoño a preguntarnos porque las ignoramos cuando era su momento.
-Boedarkys-