Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

viernes, 11 de noviembre de 2011

mama miedo

No tenía intención de ver ninguno de los debates. En pocas cosas tengo claras mis ideas pero una de ellas es en política. Me hice mayor creo y casi adiviné como la mayoría de nosotros lo que iban y no iban a decir.
Llegué prácticamente a los finales del famoso debate. Un debate pactado de contenido y forma y de los temas tabús que no convenía tocar a ninguno de los dos contendientes.
No se habló de temas como la monarquía, de las inyecciones de dinero a la Iglesia católica, de los ERES consentidos por el Gobierno sin el mínimo control, de ETA, ni mucho menos de las corruptelas que les salpicaban a los dos grupos, dígase Gurtel, Faisán, Gasolineras, etc.
Es inexplicable como hay tanto chorizo suelto por la calle, desde las folclóricas ladronas, a los caprichosos en el vestir, o a los que organizan bodas familiares en el Palau. Pero todo eso no interesaba claro.
Tampoco explicó nadie la razón por la que la Sra. Merkel está acuñando marcos alemanes y de lo que se nos viene encima, porque lo peor está por llegar.
Votaré a los de siempre, a mi partido pequeñito, porque si algo se es que hay que votar.
Me gustaría pensar que España ha visto la luz y sabe que ninguno de estos dos chiquilicuatres nos va a sacar del hoyo en el que ambos nos han metido a medias.
Que los ciudadanos se atrevieran a votar algo nuevo y diéramos la oportunidad de gobernar a otros, porque estos ya sabemos hasta con quien se van a repartir las lentejas para poder gobernar.
No pierdo la esperanza de que haya algún otro partido que como mínimo lo haga mejor.
Europa se hunde y con ellos nosotros.

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