Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

martes, 30 de julio de 2019

TACOS Y NACHOS



Aquí estoy de nuevo. 
Hacía muchísimos años ya, tal como unos siete que no me llevaba un disgusto importante.
Podría decir que lo acaecido no debería afectarme de esta forma tan brutal, porque no se trata directamente de mi vida íntima personal, pero si, de alguna manera es mi vida, porque en ocasiones te crece un hijo mas sin darte cuenta.
Cuando en la familia acojemos una nueva persona y resulta ser un ser especial, afectivo y al que todos sin excepción tomamos cariño, la perspectiva de que la distancia y el paso del tiempo nos lo arrebaten es un gran motivo de tristeza.
Hay personas que quisiéramos que nos acompañaran en nuestros pasos por la vida, saber que siempre están ahí y este es uno de esos casos.
Han sido unos días de mucha tristeza y jaquecas, luego vinieron los días de aceptación y ahora viene la resignación, resignación porque no hay nada que podamos hacer para volver atrás en el tiempo. Supongo que hay que pasar un duelo como en casi todo lo que se pierde.
Las cosas cambian de un día para otro, yo puedo dar fe de que es así, pero quizás cuando los cambios de situación no los podemos controlar porque no son de nuestra incumbencia ni debemos meternos en lo que no nos atañe, se siente una gran impotencia.
Impotencia por la creencia de que algo que parecía perfecto se ha terminado. Algo de miedo porque esa decisión haya sido un gran error, pero también se que hay cosas que pueden solucionarse aunque eso si, jamás volverán a ser iguales.
Solo me queda desear que nuestra relación familiar y de amistad,( porque siempre será de mi familia a pesar de todo), no se termine nunca.
Nos vemos pronto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario