y también llegó aquí..

La última tecnología que preocupa al mundo ecologista en España se llama fracturación hidráulica o fracking. La proliferación el último año de planes de investigación de gas de esquisto (shale gas, en inglés) ha motivado la aparición de movimientos contrarios en Euskadi, Cantabria y Castillay León, tres de las comunidades que estudian su explotación. El principal temor de los ecologistas es que las perforaciones las primeras están previstas para este año contaminen acuíferos subterráneos.
Hace pocos días ni sabía lo que era el fracking y parece que ahora me va a afectar. 
 Escuchaba  la radio  ni hace una semana,  cuando en la tertulia de Julia Otero comentaron sobre esta práctica demoledora para extraer gas  de la que no tenía ni idea. 
El fracking contamina los acuíferos, libera hidrocarburos al aire perjudicando gravemente la salud de cuantos seres lo respiran, destruye el paisaje e incluso provoca seísmos.
En Europa esta práctica se descarta por su impacto medioambiental destructivo, pero en España se le quiere dar lugar, ya sabemos que a nuestros políticos solo les interesa llenarse los bolsillos.
En Castilla y León, acaba de surgir una asamblea contraria en Burgos. En esta provincia, el Ministerio de Industria concedió, el pasado septiembre, un permiso a Trofagás Hidrocarburos para la investigación de hidrocarburos mediante fracking. Es el proyecto Urraca, sobre 94.815 hectáreas que se extienden por los municipios de Villarcayo, Medina de Pomar y la Merindad de Valdivielso y Frías. Pocas semanas después, la Junta de Castilla y León concedía a la misma compañía otro permiso de investigación, llamado Sedano, sobre 34.765 hectáreas, que afecta a una veintena de localidades.
La asamblea de Burgos denuncia que, "detrás de la fractura hidráulica, se esconden oscuros intereses y pocas bondades: empresas se enriquecen a costa del saqueo y destrucción de nuestros valles, medios rurales, montes". Se trató de conocer, sin éxito, la versión de la Junta de Castilla y León.
Ojalá  salga una oposición fuerte y reine el sentido común y nuestros hermosos paisajes y seres vivos no se vean afectados por la codicia.