Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

sábado, 15 de diciembre de 2012

Sissí



Mi abuela era una gran aficionada al cine. Cuando corrían los años 60 y las entradas del cine de barrio eran asequibles a todos los bolsillos, mi abuela y yo íbamos todas las semanas.En la sesión ofrecían el famoso NODO, un corto de dibujos animados y dos películas y si querías podías pasar horas en el cine hasta que lo cerraban.Una de las películas que recuerdo con mas cariño de aquella época de mi niñez era Sissí , protagonizada por Romy Schneider y Karlheiz Böhm, donde se narraba el romance de una jovencísima princesa con el emperador de Austria Francisco José, con gran romanticismo y candidez y a la vez también se plasmaba la dureza del protocolo de la corte austríaca.
A mi abuela le gustaba mucho esta película y a mi mas, pero estoy segura de que la interpretación que ella le daba era muy distinta de la que yo podía ver en aquel tiempo cuando no pasaba de 8 o 10 años.Me deslumbraban los vestidos de las cortesanas, los palacios suntuosos, la belleza de los protagonistas y el romance propio de un cuento de hadas.
A lo largo de muchos años he visto la película muchas veces, pero ya con otros ojos y una perspectiva muy distinta.
La contraposición de la inocencia, espontaneidad y bondad de la princesa frente a la sobriedad, el rígido sentido del deber y responsabilidad de Francisco José de Austria y sus familias tan diferentes.
Las triquiñuelas políticas, los malos entendidos, la falta de bondad en suma de los que ponen la política y la apariencia por encima de la humanidad y del mismo amor.
El mundo no ha cambiado mucho desde entonces en el fondo. Los protagonistas de la historia son otros, otros los paisajes , pero el tema  es básicamente el mismo con algunas variaciones.
Princesas que dejan su mundo perfecto atrás por un amor único. Familias reales qe no valoran el esfuerzo en su dimensión, porque no entienden de lazos fraternales, solo de temas protocolarios.
Es curiosa esa costumbre que había antiguamente de terminar las películas con finales felices, gloriosas bodas entonando el Aleluya como en Sisí. "Y fueron felices y comieron perdices".
Pero tras este film, continuaron dos nuevas películas que nunca me gustaron de pequeña y es que quizás ya intuía que en la vida real nada es perfecto ni dura para siempre y que en ocasiones el precio por ser feliz es muy alto y doloroso.
Esas dos  últimas películas no recuerdo haberlas visto mas de dos veces, sin embargo estoy muy segura de que hoy serían mas de mi agrado que el cuento de la ingenua Sissí y es que algo de mi hay derramado en esas películas, el recuerdo de mi adorada abuela y experiencias puntuales semejantes a situaciones del filme, aunque nada tengan que ver con la ambientación ni los personajes.
De todos modos siempre será para mi un placer ver esa película que tanto me agrada y es que soñar es de las pocas cosas gratis que quedan hoy en día.

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