Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

martes, 6 de marzo de 2012

De patos y perros



El tintineo hueco del móvil de bambú me ha despertado. Medio dormida a penas acierto a llegar a la ventana para mirar. La ventisca azota los árboles y todo afuera se presenta hostil y blanco. Terminó la tregua del buen tiempo  y presiento que en la mañana no podré salir de aquí, aunque la verdad no me preocupa,casi me alegra.
El frío se ha adueñado de mis huesos en pocos minutos mientras que la chimenea solo conserva unas pocas brasas consumidas durante la noche.
Con rapidez lanzo un par de troncos al hogar. Me estoy congelando y casi les hablo rogándoles que prendan.Tirar leña a la chimenea se convierte en algo casi obsesivo y no es tan fácil hacerla funcionar como creía.  
La leña escucha mis súplicas y el tiro abierto hace subir las llamas. La madera cruje. Suena como las palomitas de maíz al eclosionar. Hace demasiado frío para pararse a escuchar sus divagaciones.
Parece que de nuevo la nieve va a convertirnos en sus rehenes. 
Jamás imaginé que llegaría a amar la nieve y la soledad del bosque.
Corro congelada a la cama.  Mis pies fríos te despiertan y te quejas. Me río y te susurro: psssst duérmete que te voy a contar un cuento.
"Erase un bosque blanco y frío, donde vivía dos corazones rojos y locos y una perra destroyer...."


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