Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Desde mi ventana




Hoy es martes y aunque hace mucho sol a penas noto este calor de 32º.
Desconecté la refrigeración y decidí abrir mi ventana y volver a sentir la dulce y cálida caricia del sol en mi rostro.
No hay nubes en el cielo, han desaparecido por arte de magia y la verdad no se si no es conveniente que alguna decore el horizonte y me recuerde que en ocasiones llueve y caen relámpagos capaces de partir a un ser humano en dos. Pero la lluvia también limpia y purifica el ambiente y hace que brote con mas fuerza nueva hierba.
Pero aquí, tras el cristal me siento a salvo. Observo la gente al pasar, y poquito a poco saco la cabeza.
Si sigue haciendo este maravilloso clima es muy probable que abra mi puerta y baje esos dos escalones que me separan de la calle para sentir el calor del sol en todo mi cuerpo.
Me gusta mirar sin ver a través de mi ventana, ese futuro que es pasado y que tarda en ser presente.
En mi interior el tiempo no pasa ni envejece dentro de mi corazón.
Atardece y empiezan a divisarse grupos de nubes de color rosa y malva. Me gusta el cielo salpicado de colores y es que los contrastes, los fenómenos en movimiento me enamoran.

No hay comentarios:

Publicar un comentario