Las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La promesa..

Yo no soy creyente ó eso es lo que suelo decir y es que para mi "creyente" es una palabra demasiado importante y yo no siempre creo, pero las costumbres pesan mucho. Cuando de pequeña tus mayores te enseñan a rezar, a tener fe, es complicado no rogar al cielo cuando tienes una gran preocupación.
Se reza, se pone alguna vela al santo de turno e incluso llegamos a hacer una promesa al Altísimo a cambio de que se solucione lo que tanto nos agobia que es justamente lo que yo hice el pasado mes de junio.
¡Si!, ¡lo se!, a mi también me parecen tonterías, pero no es la primera vez ni seguramente sea la última en que haga algo así. Me acuerdo de Santa Bárbara solo cuando truena, pero es que esta vez la tormenta era muy fuerte, era de vida o de muerte.
Pero resulta que las cosas no son lo que decían ser y esa enfermedad de una persona deja de existir, la evidencia de muerte también y no por arte de milagros celestiales, sino porque tal enfermedad nunca existió, solo fue una burda mentira cruel, una mas en una larga lista de mentiras innecesarias.
Nunca pude imaginar que nadie fuera capaz de jugar con cosas tan delicadas como son la enfermedad y la muerte.
Ahora se abre ante mi un dilema teológico que consiste en saber si lo que yo prometí al cielo a cambio de la sanación de una persona que resulta que estaba a salvo, tengo obligación de cumplirlo, porque para mi es un gran sacrificio, o bien por el contrario estoy exenta de mi compromiso ya que todo fue una falacia bien orquestada.
Por otro lado me queda la duda de que si no cumplo la promesa, le vaya a dar un yuyu de verdad, cosa que jamás desearía ni a mi peor enemigo, que no es el caso.
Así que por favor, si hay algún "creyente verdadero" que me lea, le agradeceré me oriente en esta decisión, pues sacrificarse por una mentira no merece la pena, no me apetece nada.
Hay veces en las que la realidad supera a la ficción y en este momento, del alma no me sale nada mas que partirme de risa de estas situaciones subrealistas y de que algunas personas sean tan retorcidas y faltas de humanidad.
De todos modos no es la primera vez que esta persona se ríe de la muerte, ya se cargó imaginariamente a una prima un 19 de diciembre de 2008 (lo recuerdo exactamente porque escribí un post de lo mas sentido en otro blog) y que afortunadamente nunca murió , a pesar de que fue expresamente a desconectarla. Hay que me parto jaja.

Que manía con desenchufar a la gente que tienen algunos.
En fin, por favor que alguien resuelva esta duda existencial. Gracias.



8 comentarios:

  1. Lamentablemente los hombres han hecho a Dios a su semejanza y en tal sentido le dicen: Si tu haces esto, yo hare aquello. En igual forma nos comportamos con los hijos: si tu haces tu tarea yo te compro un helado. Con Dios la cosa no funciona asi, es solo con fe y oracion, pero, para recibir respuesta de Él deberas primero cumplir sus leyes y mandamientos.
    Esa es mi versión, no se si sera la correcta, solo tu corazón lo dira.

    un beso

    ResponderEliminar
  2. El tema es que no hacía falta la intervención divina, no había ningún problema que resolver.
    Pero la promesa si se hizo,no quisiera enojar a Dios, pero nadie merece un sacrificio tras una mentira monumental.
    Gracias Tauro

    ResponderEliminar
  3. Querida Osane, ¡mira que te metes en lios!
    Yo sinceramente creo que, aparte de creencias religiosas, dioses, supersticiones y esas cosas, deberías encarar a esa persona decirle cuatro verdades, darte una palmadita en la espalda por el deber bien cumplido y si te queda valor, darle gracias a tu Dios por haberte enterado de la verdad de "tu amigo".
    BEsotes.

    ResponderEliminar
  4. No soy creyente; empecemos por ahí (aparte de que estoy excomulgada (jajajajaja) por razones que no vienen a cuento aquí), pero como soy libre, puedo opinar, y con el cariño que te tengo lo hago.

    Creo que estás exenta de cualquier promesa que hayas hecho, sobre todo porque ese "trato" que hiciste con Dios no tiene contraprestación; Él no tiene que hacer ningún milagro para sanar a nadie y por lo tanto no hay contrato alguno entre Él y tú.

    En cuanto a que se vaya a "enfadar" (si es que existe), no lo creo porque si yo estuviera equivocada y efectivamente estuviera "ahí arriba", no creo que sea tan tonto como los humanos, que enseguida nos subimos al taburete echando fuego por la boca. Así que tranquila que no creo que te deje como a la mujer de Lot.

    Enorme abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Las promesas se han de cumplir siempre... a un amigo, a tu ser amado, a un hijo, a un padre... per hablas que le hiciste una promesa a quién?... no se le puede prometer algo a quién no existe, a quien fue un invemto de los hombres para controlar a otros y para explicar lo que sus pobres mentes no podían explicar...
    Yo soy creyente... creo en mi y en mi libertad..

    Un besazo! me quedaré sobrevolando tu blog

    JJ

    ResponderEliminar
  6. Susana.
    Justamente es lo que hice, pero solo la primera parte. El tema de Dios para mi es mas que complicado.
    Supongo que si yo fuera una creyente de verdad, de las que no se cuestionan nada para mi sería mucho mas fácil todo.
    Gracias y besitos

    ResponderEliminar
  7. Chesana.
    Pienso igual que tu. No había enfermedad, no hubo milagro, cumplir la promesa de lo que existió es una tontería.
    Gracias guapasa. Muas

    ResponderEliminar
  8. Juanjo.
    Un placer tenerte por aquí.
    Yo también creo en mi libertad, aunque en ocasiones se ponga en mi contra.
    Gracias por el razonamiento, acertado a mi forma de ver.
    Un beso

    ResponderEliminar