
Finalmente
“nunca el tiempo es perdido” como dice la canción, probablemente
aún sabiendo los resultados nefastos de algunas de mis decisiones
volvería a lanzarme al volcán de nuevo por esa mala costumbre mía
de solo recordar lo positivo y por tener fe en la humanidad.
Pero
este texto no iba por este derrotero, este escrito se refiere la
pasión que despierta en mi la música, de como dejo entrar en mi
vida y aprendo a amar estilos que antes me hacían salir corriendo.
Y
es que como decía antes, solo el cuerpo envejece y todos los días
descubro nuevas canciones como si fuera una jovencita que abre sus
ojos al mundo y se sorprende de como unas guitarras eléctricas
pueden hacele vibrar de emoción.
Y
no es que las guitarras roqueras hayan desalojado a los blues, el
jazz, o esas canciones romanticoides que tanto me gustan, porque
todas caben en mi vida, es solamente que no prestaba la debida
atención al rock.
Me
pregunto que decidiría si por desventura debiera elegir entre
quedarme ciega o sorda, ojalá nunca ocurra, sería una decisión muy
difícil puesto que la vista es muy importante, pero no se que sería
de mi vida sin la música.
La
vida es maravillosa. Nuevos amig@s,
nuevas vivencias, nuevas canciones y un corazón forever young