Durante las Olimpiadas del 92 que se celebraron en Barcelona, recuerdo el ambiente que se vivía aquí. La gente parecía muy féliz, era una alegría contagiosa que venía reforzada con los constantes obsequios de m&m que te entregaban en lugares puntuales de la ciudad. En aquellos años mi ciudad no era ni la mitad de turística que es ahora y si, las Olimpiadas cambiaron toda la ciudad y el rumbo de nuestras vidas y lo cierto es que fue para mejorar.
Llegaron atletas y personas
de todos los rincones del planeta y no sé por qué extraña razón todos teníamos
una sonrisa en los labios. En el aire
cálido flotaba la complicidad de los que
saben que comparten un momento importante y ahora mismo vuelvo a sentir esa
agradable sensación.
El destino nos depara
sorpresas y no siempre agradables, es algo que se aprende y en cada experiencia
se envejece un poco mas, en
ocasiones hasta quedas kao por años, por
mucho que siempre sonríes las cicatrices están para que no olvides, sin embargo, ahora, vuelvo a sentir un
cúmulo de ilusiones renovadas y la más importante de ellas es que hay muchas
posibilidades de que mi nación por fin se libere y vuelva a ser un estado.
Estos días me estoy dando
baños de actos políticos y sociales porque no quiero perderme ni un solo
momento de esta historia que termina y que con suerte dará paso a otra mucho
mejor. Soy consciente de que estamos viviendo una ocasión única, podría decirse
que es ahora o nunca, porque si no salimos airosos de esta hazaña, que no nos
la pondrán fácil, por más que sigamos luchando es muy probable que no se vuelva
a repetir en décadas, o quien sabe, quizás jamás y aunque nosotros sigamos
luchando desde la paz, como hicimos siempre difícilmente podré ver una
Catalunya libre antes de morir.
El pasado 9 de noviembre
fue una experiencia maravillosa, para los votantes y para los que decidimos
jugárnosla como voluntarios en las mesas de votación, porque sin miedo a cuantas amenazas nos hicieron desde Madrid, acudimos seguros y con la satisfacción de formar parte de
todo este proceso que lleva ya cinco años a toda máquina y que nadie sospechábamos que nos llevaría a este punto con tanta rapidez.
Hay trenes que pasan muy
pocas veces en la vida de una persona y este es uno que no podemos permitirnos
perder, por lo que en estos casi dos meses que nos quedan para votar vamos a unir a este
optimismo contagioso las ganas de trabajar, de informar, de disipar dudas de
quienes todavía sienten miedo a los cambios y
vamos a conseguir que el futuro de nuestros hijos y nietos y de los que
vendrán sea mejor que el que nosotros hemos vivido bajo la falda de una mala
madre, injusta y egoísta.
Y si… en el aire se respira
ilusión, felicidad y esperanza…. Hay que tener valor, vamos a tenerlo y vamos a
ganar. Juntos lo haremos posible.
Visca Catalunya lliure!! ||★||
No tenim dubtes i tenim molta presa. Ho aconseguirem!
ResponderEliminarJoan P