El año pasado no pedí nada a los Reyes porque creí que tenía todo cuanto deseaba en la vida, mucho amor y casi podía acariciar un sueño dorado con la punta de mis dedos.
Este año me puse a pensar que poner en la carta y me di cuenta de que sigo teniendo todo, salud y cariño, así que tampoco escribí nada.
Como todos los años, el día de Reyes pone el broche final a las fiestas navideñas. Hoy en la mesa con casi todos los míos en mi casa, me he sentido muy afortunada y muy feliz.
Me siento muy cansada, pues fue un día entre fogones y con mucho estrés por tenerlo todo a punto, pero un año más y con ayuda de tres maravillosos y jóvenes pinches de cocina puedo decir PRUEBA SUPERADA!
Mañana, ya hoy vuelta a la normalidad, siiiiiiiiiii!
No hay comentarios:
Publicar un comentario