El campo sigue igual de bonito, lleno de flores y la perrita se volvió algo mas dócil y es que la edad no perdona absolutamente a nadie.
El sol salió muy brillante y la vida diaria se se pone de nuevo en marcha y yo ando con un resfriado fuera de época aunque no es para menos, ojeras, algo de cansancio, pero con una amplia sonrisa... como siempre.
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