A veces llegan regalos delicados y con excelente gusto de amigos poetas que nos regalan y que hay que compartir.
Gracias estimado Julio.
Me pareció creer que la mañana era un templo o una ciudad dormida entre tus piernas me pareció una ceremonia así verte dormir.
Me pareció un eterno altar o un recuerdo en la llanura tu gozo y la sabana en el suelo.
Me acorde de lo eterno del vació de la existencia y de la boca húmeda que busca tu flor. Y no hablo de existencia ni de que el sol libere tus pechos ni dejarse quieto ante la pasión hablo de la invisible certeza de saberte así dormida y acariciarte si lo esperas en los sueños.
Me pareció una piel que acude rápido al amor y se deja querer intuitiva de hojas guardas lenta las espinas y eres transparente lluvia nueva brazo de luna y playa certera.
Ahora beso tus pies y te tapo con la mano como cubre la luz la llanura yo cubro tu cuerpo silencioso en la mañana como un rumor que oculta la pasión que en ti y en mi decana para luego volver a nacer en cada cicatriz de lo que somos.
-Julio Medina-
Una a una desmonté las piezas de tu alma.
Vi cómo era por dentro:
sus suaves coyunturas,
la resistencia esbelta de sus trazos.
-Gerardo Diego-
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