Esta vez no hubieron las miradas de complicidad entre mi prima y yo, no habían secretos ni deseos escondidos. Creo que al tomar las uvas del fin de año pasado, alguna uva quedó en el plato y con ella algún deseo sin cumplir. Las esperanzas que alimentamos durante años,tanto ella como yo, se han desvanecido en este terrible año 2013.
Hace un año, me imaginaba la fiesta de hoy acompañada de una persona mas que ya no está.
Por un momento, volví la vista atrás recordando las última noche buena y fui conscientes de que solo era Navidad en mi corazón por mas que yo quisiera poner mariposas de colores en las ventanas y guirnaldas en un árbol que alguien retiraría mas tarde.
Quizás os parezca este relato triste, pero no, simplemente es una reflexión que hago un poco antes de acostarme. Ni me siento mal ni nada por el estilo, simplemente me hubiera gustado que todo hubiera salido bien, nunca haberme sentido defraudada y haber podido seguir con el corazón borracho de sentimientos por el resto de mi vida. Pero así es la vida y un día sin saber como los lazos se rompen y seguimos caminos distintos. Y en el camino encontramos nuevas coordenadas y nuevos destinos.
Mañana, no, ya es hoy, tengo trabajo organizando la comida de Navidad. Estas cosas siempre me estresan en sus preliminares, pero luego tengo que rendirme a la evidencia de que me lo paso bien. Tengo mucha suerte, suerte de tener una familia que me apoya en la adversidad y que en las fiestas son divertidos como nadie.
Y como broche de oro de esta fantástica noche, apareció un mensaje de mi querida amiga Chesana, a la que tanto extraño, pues aunque nunca nos lleguemos a conocer, el leernos por aquí crea vínculos que solo los que escribimos desde el corazón podemos sentir.
Ojalá nos visite la suerte a las dos en el nuevo año. Un beso para ti.
Felices sueños y feliz Navidad
